Otoño Sexual

El otoño siempre llega… Por supuesto, me refiero al otoño en el sexo. Asumir la vejez, cuesta. Pero hablar de sexo y 3ª edad es más que tabú. Igual que pensamos de nuestros padres que nunca tuvieron sexo, creemos que los abuelos no reclaman ese tipo de necesidades. Y, si en algún momento lo manifiestan, les llamamos “viejos verdes”.

Dicen los médicos –y yo se lo recuerdo cada mes- que: gozar de una vida sexual activa es saludable y necesario a todas las edades. La vejez no significa abandono del placer sexual, al contrario, es una etapa de la vida donde se precisa mucho contacto de piel, cariño y ternura. Gozando, el organismo aumenta la secreción de endorfinas. Éstas ayudan reducir dolor y a superar los achaques típicos de la edad.

Evidentemente, se producen unos cambios físicos indiscutibles. El hombre disminuye la potencia sexual, la erección y la eyaculación se hacen más lentas. La mujer reduce la lubricación y se adelgazan los tejidos vaginales. Pero en ningún caso desaparece el deseo. Lo que si influye decisivamente es la trayectoria vital sexual.

El sexo se parece mucho a montar en bicicleta. Una vez has aprendido nunca lo olvidas. Con la práctica, se mejora y se adquieren habilidades. Gusta más y más. Por el contrario, con la falta de uso, se acaba por olvidar el pedaleo. Algunas enfermedades (diabetes, artritis…) condicionan las relaciones sexuales aunque no las impiden. En estos casos, lo mejor, consultar con el especialista.

La vejez no tiene nada que ver con el abandono del placer sexual, aunque si se recomienda: un lubricante, las buenas vibraciones de un juguete erótico, ser prudente con las posiciones más acrobáticas del Kama-Sutra, dedicar tiempo y la experta paciencia que otorga la edad.